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domingo, 28 de julio de 2019

BANDADAS DE MARIPOSAS AMARILLAS VUELAN SOBRE LOS CAMPOS ELÍSEOS


¡Oh, gloria inmarcesible!…¡Oh, júbilo inmortal!...

En esta crónica poco importan los kilómetros de la última etapa o su sitio de salida, o sus embalajes intermedio y final. Hoy lo único que realmente importa es que después de 36 años de venir persiguiendo un sueño, por fin lo hemos alcanzado. Hoy por fin, en el último día del Tour de Francia en sus 116 años de historia, un colombiano sube al más alto lugar del pódium.

Y cuando escribimos que es un colombiano, lo que queremos expresar es que en realidad somos todos los colombianos, y cuando se lean estas letras me corregirán que somos todos los latinoamericanos; porque por esas cosas de la geografía, este sufrido país queda justo en medio de Latinoamérica.

Qué cosa más curiosa, Colombia quedó sembrada justo a mitad de camino entre La Patagonia Argentina y el Río Grande Mexicano; y han sido las narraciones de una mexicana y de un argentino las que nos han llevado al éxtasis al frente de los televisores en estos 22 días de ensueño que culminan este domingo 28 de julio de 2019, día histórico.

Por eso, tenemos que escribir que hoy Colombia está literalmente en el corazón de toda Latinoamérica junta, que hoy todos los de esta inmensa región somos un puño elevado al cielo para celebrar esta victoria eterna.

El pasado viernes cuando vimos a Egan Bernal llorar, se nos vinieron a la mente tantos colombianos que han tenido que llorar durante tantos años. Los colombianos somos personas acostumbradas al llanto y no precisamente por los grandes éxitos, sino por inmensos dolores. Hace dos días esas lágrimas de Egan fueron las de tantos compatriotas que quieren un mejor país, de colombianos hartos de llorar por tanta tristeza y deseosos de hacerlo por alegrías, como esta que celebramos hoy.

Hoy cuando gritábamos la gloria de este muchachito vestido de amarillo, un delirio nos invadió a todos; unas extrañas alucinaciones se apoderaron de nosotros, como si hiciéramos parte de un libro escrito por García Márquez. Con el Arco del Triunfo de fondo y al lado de Egan, vimos correr al portentoso Cochise Rodriguez; observamos también a Alfonso Flórez y a Patrocinio Jiménez iniciando “La gran Aventura”, notamos la cara bañada en sangre y triunfo de Lucho Herrera, así como el paso continuo y firme de Fabio Parra hacia la meta; también la lucha de Martín Ramírez en medio de la nieve por arrebatarle un pedacito de gloria al monstruo Bernard Hinault; a Oliverio Rincón y Álvaro Mejía atravesando el puente de la transición y a Santiago Botero alcanzando su ilusión tras del Arco Iris; observamos a Víctor Hugo Peña y a Fernando Gaviria también vestidos de amarillo y nos asombramos cuando Mauricio Soler se levantó de en medio de la muerte para demostrar que es un hombre hecho del material del que están hechos los héroes inmortales.

Pero también vimos a millones de hombres y mujeres correteando tras el lote de ciclistas a velocidades inverosímiles en busca de su propia ilusión. Son personas nacidas en esta patria y que mañana se levantaran en medio de la resaca de la victoria, sabiendo que irán a trabajar por el mismo sueldo de siempre, pero que para ellos Egan, Nairo, Rigo y Sergio Luis representan la imagen de esas personas que trabajan sin descanso y con disciplina en busca de hacer un mejor país para todos. Hoy la cordillera de los Andes se levanta aún más majestuosa que cualquier otro día, recorriendo el continente latinoamericano; hoy los cafetales tienen más frutos que nunca y los pájaros nos traen en su canto la gloria del triunfo.

Hoy todos hemos llorado de alegría y si usted al leer estas letras quiere seguir llorando, simplemente tome aliento y siga haciéndolo, porque si lo hace, es de alegría de colombiano, aun así no haya nacido en este país; porque ser colombiano es un acto de fe, como lo escribió una tarde Borges en uno de sus más hermosos cuentos.

Llore colombiano, aun así no lo sea; así sea Argentino, Mexicano, Ecuatoriano, Venezolano, Centroamericano, o donde haya nacido; porque hoy, gracias a las pedaladas de Egan Bernal usted es colombiano; porque hoy en medio de este cuento nacido del Realismo Mágico, bandadas de mariposas amarillas vuelan sobre Los Campos Elíseos.




Especial para La Ciclopolemica por:
Carlos “Pichuco” Lizcano.

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