Era sábado10 de febrero de
este 2018, medio día y el sol alumbraba sobre las verdes montañas en estas
tierras del eje cafetero no como siempre, el rey sol no se había apagado en
toda la mañana y el calor comenzaba a subir de a poquito en estas tierras que
normalmente son frías como la capital colombiana.
Por fortuna en Salento hoy no
llovió como viene ocurriendo para esta época del año, San Pedro entendió que
tenía que cerrar la llave porque desde diciembre pasado el clima por acá está
como loco y no hay pronóstico que alguien acierte.
Mi corazón latía más de lo acostumbrado primero porque
había trotado como 400 metros que hay desde el puente de Boquia un
“corregimiento” distante a escasos 4 kilómetros de donde terminaría la quinta
etapa de esta vuelta “Colombia Oro y Paz 2018“ y segundo porque mis neuronas
hoy estaban a punto; fueron 400 metros interminables de plano falso como dicen los atletas , porque
quería ubicarme en la gran curva para detallarlo de cerca.
Me habían hablado de él, que era muy joven y que el año
pasado se había vestido de laureles al ganar el Tour de l'Avenir, y ese fue el
comienzo para que el equipo inglés Sky le echara el ojo y lo llamara a sus
filas para esta temporada 2018.
Dos helicópteros mientras
tanto invadían con su ruido característico el paraíso de estas tierras del
municipio de Salento, el más visitado todo el año por turistas nacionales y
extranjeros, lugar paradisiaco que tiene su encanto, se respira paz en medio de
la naturaleza y el progreso tecnológico aun no lo ha invadido, tanto que su
carretera que la une con Armenia se puede decir es artesanal y bien hecha.
Fue un acierto de la
organización de la carrera que la etapa de este sábado 10 de febrero finalizara
en este ”pueblo” a pesar de que su infraestructura hotelera no daba para tanto,
pero eso no importó porque se sabía que todos los ciclistas y sus acompañantes
pernoctarían en Armenia distante a tan solo 30 minutos en carro.
La alegría entonces se hizo
presente, todo era fiesta entre los miles de espectadores que desde tempranas
horas de la mañana comenzaron hacer presencia.
Los altavoces de los televisores
encendidos a esa hora - una de la tarde para ser exactos- en los restaurantes
ubicados en la vera del camino anunciaban que ya la caravana empezaba a tomar
la salida de Armenia para enrumbarse a la autopista del café, una maravillosa
carretera que lo único feo que tiene es su alto costo de peaje que uno paga con
gusto porque está bien construida a pesar de que nos quedaron debiendo parte de
la misma cuando se llega a Pereira, pero no importa, es entendible estamos en
Colombia y a veces las cosas se hacen a medias, que lástima.
Me ubique en el sitio
seleccionado- la gran curva en donde empezaba el ascenso ahí en la entrada de
un restaurante que lleva por nombre - Lagos de Venecia- con el amigo fotógrafo
que me estaba acompañando desde Armenia para no perderme detalle de estos monstruos
que montan caballitos de acero modernos y que con sus figuras espigadas las
impulsan a velocidades asombrosas.
A esa hora los pedalistas
escapados comenzaban a tomar el descenso de 5 kilómetros un poco peligroso por
lo angosto de la carretera que no fue diseñada como autopista, por el contrario,
es una vía que recibió un premio la última semana previa al inicio de la
carrera, la reparcharon y le taparon todos sus huecos producto del intenso tráfico
a que está sometida los fines de semana, entendible, el turismo y la buena
gastronomía del sector de Salento invita a propios y extraños a visitarla y
disfrutarla.
Enhorabuena, gracias a la
competencia le dieron un maquillaje a la capa asfáltica que ojalá dure para
beneficio de los turistas y sus residentes y eso ya es ganancia.
Me encontré en el sitio, ahí
en esa gran curva en donde empezaba el duro ascenso (los últimos 4 mil metros
de la etapa con una pendiente promedio por debajo de los dos dígitos) con uno
de los exalcaldes del municipio que estaba con toda su familia esperando el
paso de la caravana, lo saludé e intercambiamos opiniones de esta competencia,
contándome que durante su mandato varias de las pruebas nacionales de ciclismo
terminaron sus etapas en el lindo municipio que hoy recibiría la “oro y Paz”
2018, eso fue una gran experiencia para que la organización de esta prueba
internacional escogiera Salento para la llegada de su quinta etapa.
Recuerdo que me dijo que este
era el mejor sitio para disfrutar porque curiosamente en ese sitio en donde
ahora estábamos ubicados y sin pagar boleta, un español en la última vuelta a
Colombia arrancaría como una moto, se escapó del pelotón y ganaría la etapa.
Los helicópteros comenzaron a
rodear el sitio como a unos 2000 pies del terreno, con cámaras superpoderosas
enfocaban el paisaje y a la serpiente multicolor de la caravana que bajaba
rauda hasta el corregimiento de Boquia.
Todo ya estaba listo, el
primero que pasó fue un carro de comisarios que encabezaba la carrera, seguido
por motos de alto cilindraje, la gente aplaudía, gritaba, en la carretera en
toda la curva leí lo que algún aficionado había escrito con pintura blanca
quizá como premonición de como quedaría la etapa “Nairo, Rigo, Henao, Egan,
Puma”.
Y el artista callejero casi
“adivina” porque la etapa como ya es conocido la ganó el monstruo Rigo en final
espectacular seguido por Nairo, Egan y Henao.
Aparecieron en la gran curva,
se alcanzó a escuchar el sonido que produce el cambio de relación en los
piñones; encabezaba el grupo de escapados de una docena de favoritos vestidos
con sus mejores galas el “peón” del Sky llamado Henao seguido ahí en la rueda
trasera por el campeón al que me refiero en esta crónica, lo seguían dos
compañeros de su equipo Sky, vi a Nairo y atrás sin perderle el ritmo a otro de
los nuestros, al Rigoberto que lucía muy serio apretando los dientes.
Los escuché respirar, los vi
pararse sobre los pedales todos al tiempo, era la primera vez que la vida me
daba esa oportunidad de apreciar a tres metros de distancia a estos campeones,
me acorde de mis amigos Oscar y José quienes el año pasado habían disfrutado de
esa experiencia en directo ahí en la más famosa carrera me refiero al Tour de Francia,
es una grata sensación que no tiene precio.
Los vi alejarse muy rápido
todo el grupo parados sobre sus pedales que los impulsaba a tomar distancia del
grupo que perseguía. Uno de los ciclistas me lanzó una caramañola no porque me
conociera, es el justo premio que los ciclistas lanzan a los espactadores una
vez terminan de hidratarse y empezar de nuevo.
Como bien lo decía un amigo
"montado sobre una máquina que avanza con el combustible del sufrimiento,
el ciclista supera cumbres borrascosas, atraviesa llanuras eternas, aguanta sol
y calor asfixiantes, soporta frío, ventisca y aguaceros. No puede parar ni para
reponer fuerzas”, y con ese pensamiento y recuerdo me quede al verlos alejarse
subiendo con una velocidad que parecía que estuvieran sobre una moto.
La imagen del joven campeón se
me quedó grabada y comprobé todo lo que la prensa hablada y escrita dijo de él
al término de la etapa en Salento: “ la joven promesa del Team Sky, mostró su temple
y dio evidencia que tiene la talla para pelear por el título al luchar codo a
codo con los ya experimentados Nairo Quintana y Rigoberto Urán”, no se
equivocaron, estaban en lo correcto.
Hoy hago uso de mi buena
memoria para recordar las primeras veces que lo vi dando declaraciones por la
televisión: joven, tímido, fácil de
identificar por su dentadura abundante, hablando de sus triunfos en esa época
en el ciclomontañismo.
Hoy cuando escribo esta
crónica también recuerdo como lo vi este domingo 11 de febrero por televisión
al terminar la etapa en Manizales, habló con calma, se le veía pensando cada
palabra que decía, se le notaba que tiene “un coach” que dirige su éxito, para
que el poder que tiene en sus piernas no se le suba a la cabeza.
Y es que estamos en presencia
de un campeón de mil kilates que a sus escasos 21 años ya tiene en su palmares
varios trofeos que lo deben estar acompañando en su casa como la copa de
campeón de la contrarreloj individual de los campeonatos nacionales de ciclismo
que se disputó hace unos días en Medellin
Y este domingo 11 de febrero
en Manizales volvió a mostrar su pasta de campeón al imponerse en la Carrera
UCI 2.1 Colombia Oro y Paz, prueba que se definió en los últimos tres km de
subida para llegar a la meta como lo hizo en Salento, y esta vez sí atacó y le
dio resultados para quedarse con la camiseta rosa de campeón, además de las
distinciones de ser el mejor escalador y el mejor de los jóvenes. Solo se le
escapó la camiseta de los puntos, que fue reservada para el antioqueño Fernando
Gaviria. Y estaba feliz y sonriendo, razón tenía, le había ganado a Rigo y
Nairo los superfavoritos.
Para esta joven figura
colombiana ya de talla internacional nacido en Zipaquirá (Cundinamarca) en un
hogar humilde, este 2018 comienza a sonreírle y lo veremos con sus dientes
grandes y su sonrisa sencilla en primera página de los grandes diarios
deportivos del mundo de eso estoy seguro porque su calidad como ciclista ya
está demostrada.
Enhorabuena, que bien para el
ciclismo profesional colombiano, pero sobre todo para todo ese semillero de
pedalistas que tienen la esperanza de llegar un día a lucirse en carretera para
ganar grandes etapas y porque no una de las grandes del continente europeo.
Una
gran lección de coaching deportivo
El triunfo ese domingo del joven
ciclista colombiano EGAN BERNAL en la “Oro y Paz 2018” es la demostración clara
de que los planes de acción bien diseñados llevados a la práctica para hacer
campeones si funcionan.
Y como prueba de ello,
transcribo aquí las palabras de Egan al terminar la prueba quien de la mano y guía
de su entrenador Xabier Artetxe lo llevó al podio de esta difícil competencia:
"El equipo se portó a la
altura. Me dieron las alas y pude volar en busca del título. Estoy muy
orgulloso de poder ser el primer campeón de esta linda carrera. Ha sido un gran
inicio de temporada. El equipo nos da todas las herramientas para cumplir los
objetivos, nosotros lo que debemos es pedalear. Ese es el secreto. Hay todo un
grupo de personas que se esmeran por hacer su trabajo para que el nuestro
también sea el óptimo"
Por eso y más considero que
estamos presenciando el nacimiento de un campeón para rato quien con su
sencillez que lo caracteriza comparte sus ocurrencias, fotos y videos con sus
38 mil seguidores (yo soy uno de ellos) en Instagram su red social favorita.
GRAN EXPERIENCIA Y ESPECTACULO
NOS DEJO LA “ORO Y PAZ” 2018
Fueron 6 días llenos de
emoción los que vivieron miles de colombianos, la carrera de Oro y Paz fue un
gran éxito, los ciclistas nacionales e internacionales brindaron gran
espectáculo a todos los que fueron a ver las etapas, el Valle del Cauca,
Risaralda, Quindío y Caldas fueron los departamentos privilegiados y
respondieron con gran emoción, las miles de personas que colmaron las calles en
cada una de las etapas y esa alegría fue trasmitida a todos los visitantes. Que
se repita y pronto.
HASTA PRONTO CAMPEÓN EGAN, FUE
UN PLACER CONOCERLO
Egan Bernal, quien el pasado
13 de enero cumplió apenas 21 años de edad, ya es considerado como unas de las
estrellas del ciclismo mundial.
Y no porque lo digan sus
padres, Germán y Flor cuando los entrevistan ni su primer entrenador Pablo
Rodríguez, ni su mentor y patrocinador Pablo Mazuera o Gianni Savio, el hombre
que lo llevó a Europa, sino porque la escuadra británica Sky espera pulirlo y
prepararlo para que se convierta nada menos que en el sucesor de Chris Froome,
el mejor pedalista de los últimos años.
Será cierto tanta belleza?
todo indica que sí, porque aquel pasado domingo en Manizales lo ratificó: Hay
Egan para rato.
Siro Pérez
Coach deportivo
0 comentarios:
Publicar un comentario